Cuidá tu ropa y tu lavarropas: 7 consejos para un lavado eficiente
- Gustavo Emanuel Claro
- 17 may
- 3 Min. de lectura

El lavarropas es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar, pero muchas veces no le damos el cuidado ni el uso correcto. Un mal uso puede afectar tanto la calidad del lavado como la vida útil del equipo. En esta nota te compartimos 7 tips clave para alargar la vida de tu lavarropas y mejorar cada lavado.
Separá bien la ropa antes de lavar
Antes de poner todo junto en el tambor, tomá unos minutos para separar las prendas. Esto no solo ayuda a conservar la ropa, sino que también mejora el rendimiento del lavado.
Por colores: ropa blanca, ropa clara y ropa oscura por separado.
Por tipo de tela: ropa delicada, jeans, toallas, etc.
Por nivel de suciedad: no es lo mismo una remera usada un rato que un pantalón de trabajo.
Este simple paso evita desteñidos, reduce el desgaste y garantiza que cada prenda reciba el tratamiento adecuado.
Cargá la cantidad justa
Sobrecargar el lavarropas es uno de los errores más comunes. Cuando el tambor está demasiado lleno, el agua y el jabón no circulan correctamente y la ropa no se lava bien. Por otro lado, lavarlo casi vacío también es un desperdicio de agua y energía.
Recomendación:
Cargá el tambor hasta ¾ de su capacidad.
Si el lavarropas es automático, confiá en los sensores de carga o seleccioná el programa adecuado.
Una carga equilibrada protege el motor y mejora la eficiencia de cada lavado.
Elegí bien el jabón y suavizante
No todos los jabones son iguales, y usar el producto incorrecto puede generar exceso de espuma, mal enjuague o incluso dañar el tambor.
Jabón líquido: se disuelve mejor, ideal para lavarropas automáticos.
Jabón en polvo: más económico, pero puede dejar residuos si se usa en exceso.
Suavizante: usalo con moderación. El exceso puede dejar restos en la ropa y en el cajón del lavarropas.
Siempre seguí las indicaciones del fabricante del lavarropas y los productos.
Usá la temperatura adecuada
Elegir la temperatura correcta no solo mejora el lavado, también cuida las telas y ahorra energía.
Agua fría (20–30°C): para ropa de color, delicada o poco sucia. Ideal en verano.
Agua tibia (40°C): para prendas con manchas moderadas o ropa de uso diario.
Agua caliente (60–90°C): solo para ropa blanca muy sucia, ropa de cama o toallas (si el tejido lo permite).
Tip: Revisá siempre las etiquetas de la ropa para saber cuál es la temperatura recomendada.
Mantené limpio el tambor y el filtro
Aunque no se vea, con el tiempo el tambor acumula restos de jabón, pelusas y humedad. Esto puede generar malos olores o incluso dañar el lavarropas.
Limpieza del tambor: al menos una vez al mes, ejecutá un ciclo vacío con agua caliente y vinagre blanco o un limpiador especial.
Filtro: limpiá cada 1-2 meses. Es fácil de sacar (generalmente está en la parte inferior). Retirá pelusas y objetos pequeños.
Este mantenimiento simple prolonga la vida útil del equipo y mejora el rendimiento del lavado.
Limpiá el cajón de jabón y el exterior
El cajón donde colocás el jabón y suavizante también se ensucia. Si no lo limpiás, puede acumular residuos que terminan obstruyendo el flujo de agua.
Retirá el cajón (suelen salir fácilmente).
Lavalo con agua tibia y un cepillo viejo.
Secalo bien antes de volver a colocarlo.
Aprovechá también para pasar un paño húmedo por el exterior del lavarropas. ¡Un electrodoméstico limpio también da mejor imagen en casa!
Apagalo y desenchufalo si no lo usás
Si vas a estar varios días sin usar el lavarropas, desenchufalo y dejá la puerta entreabierta para evitar malos olores o acumulación de humedad.
Además:
Revisá que no quede ropa húmeda adentro después de un lavado.
Evitá tenerlo enchufado durante tormentas eléctricas o cortes de luz.
Con pequeños hábitos de cuidado diario, tu lavarropas puede durar muchos años funcionando como el primer día.
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